Miércoles 27 de septiembre
de 2017, me encuentro en el escenario del auditorio Germanías. La gala de
entrega de los VII premios INNOVA MANISES está a punto de empezar. Iniciamos la ceremonia con una
interesante tertulia conducida por el presentador, somos tres escritores con
tres puntos de vista diferentes sobre el
mercado laboral.
A
mi derecha Isidre March, Catedrático de Organización en la Universitat de
Valencia presenta su último libro Elegidos
o atrapados; a mi izquierda Elena Baixauli, Doctora en Psicología,
profesora asociada de la Universidad de Valencia, escritora del libro La mediación empresarial, entre otras
publicaciones.
Tras
presentar a Elena el moderador hace lo propio con mi persona y me resume con
precisión:
José Vicente Navarro ha trabajado a lo
largo de su vida laboral en 15 empresas diferentes durante casi 25 años. Tras
perder su primer empleo fijo, y el más duradero, escribe su primera novela: La Maldita Casilla de Salida, que le
sirve de revulsivo para iniciar un nuevo rumbo. La novela presenta la realidad
de una historia laboral tratada con imaginación y humor.
Actualmente estudia para ser Técnico
de Integración Social, busca reinventarse ayudando a los demás para ayudarse a
sí mismo.
Sigue escribiendo relatos y artículos
de cine en su blog mientras prepara su siguiente novela.
Tras
presentar a Isidre, las preguntas se alternan creando una atmósfera distendida.
Apenas vislumbro al público, como en una lejanía irreal pero tangible, como si
estuviese viviendo una realidad paralela, como si fuese Martín, el personaje de
mi libro que mezcla la realidad con la ficción.
Debo
concentrarme en atender y sobre todo en mantener la calma, no quedarme en
blanco. Isidre y Elena se manejan con soltura, se les nota el bagaje. Yo bebo
agua, calculo los tragos para que coincidan con los instantes previos a mis
intervenciones. Es un truco que funciona.
— ¿Qué significa situarse en la casilla de salida?
—Situarse en la casilla de
salida significa comenzar de nuevo tras perder el empleo, iniciar una nueva
trayectoria vital buscando reinventarse, persiguiendo un objetivo. También
podemos decir que al iniciar cualquier proyecto nuevo nos situamos en la
casilla de salida.
—En tu caso la innovación
tiene que ver más con un plano personal. ¿Cuáles crees que son las claves para
innovar en la vida?
—Te puedo hablar desde mi
propia experiencia. Innovar para mí es cambiar, reinventarse. Es un proceso
largo de búsqueda interior pues tienes que darte cuenta de que si quieres
seguir avanzando, sin importarte la edad, es necesario un vuelco brusco en tu
vida. El siguiente problema es encontrar el objetivo, vas pegando tumbos,
probando, cayéndote, levantándote, hasta que al fin descubres que ese posible
destino te viene perfecto como persona. Después ya solo te queda perseguirlo,
mirar hacia delante y sortear todos los obstáculos, que son muchos.
—A título personal, ¿Qué
te ha aportado el libro?
—La escritura del libro y
su posterior publicación me han aportado mucho a mi faceta humana e
intelectual.
El
libro se convirtió en mi propia terapia
personal, una fase de descarga emocional a través de la escritura, cuando
suavicé el tono y apareció la imaginación y el buen humor noté que la escritura
fluía, fueron casi tres meses de borradores.
Fue
también una satisfacción personal,
sentir que había logrado algo importante, un objetivo complicado, un logro del
que mis padres podían sentirse orgullosos. En la primera presentación del libro
los vi emocionados en primera fila y me encontré rodeado de mucha gente a la
que quiero y aprecio, un día inolvidable.
Aparte
de la escritura terapéutica, descubrí la
escritura creativa, soñar despierto, tener el poder de fantasear con las
vidas y las situaciones, mezclar realidad con ficción. Abstraerse del penoso
mundo real también es una buena terapia.
Por
último, el libro me acompaña y me ayuda con las experiencias que hemos
compartido, es un revulsivo para seguir adelante.
Tras la última pregunta realizada en esta peculiar entrevista tertuliada, me encontraba cómodo.
El
compañero del presentador (un fabuloso actor) representaba a un personaje
inventado venido de Suecia, un insigne profesor de larga barba pelirroja que
sentado a nuestro lado dio paso a tres frases personales de cada uno de los
escritores. Así terminaría el primer acto de la ceremonia.
Mientras
llegaba mi turno pensaba en los paralelismos de la vida y la ficción que nos
ayuda a redactar hechos dramáticos o a amenizar una agradable y singular ceremonia
de entrega de premios.
En
este caso mis tres frases se despojaron de la ficción para convertirse en un
reflejo de mi propia realidad:
1. Aprende
a saber qué quieres.
2. Búscate
y te encontrarás: nunca es tarde para reinventarse.
3. Mira
el lado positivo del problema.
Manises,
27 de septiembre de 2017.