Carretera

La Ruta de la Casilla

José V. Navarro

martes, 30 de agosto de 2016

UN BUEN TRABAJO,un relato de título irónico

UN BUEN TRABAJO es un relato con un título irónico. Lo escribí relativamente rápido tras recopilar una serie de anécdotas con un amigo. Era perfecto para presentarlo al I CONCURSO DE HISTORIAS DEL TRABAJO, del Club de escritura Fuentetaja. El texto podía acompañarse de un vídeo, el proyecto resultaba estimulante.

        El relato ha sido elegido FINALISTA, no está nada mal para ser la primera vez que me presento a un concurso. Me siento feliz.
        Os dejo con el VÍDEO y el TEXTO:


                                                                                                                   
                                              UN BUEN TRABAJO

                                                          1

Estaba a punto de cumplir los dos meses de prueba. Ya palpaba el objetivo de lograr un puesto laboral digno tras tanto esfuerzo.
Recordaba la reunión con la empresa y las pautas que le habían indicado el día antes de comenzar.  Durante el periodo de prueba no debía molestar a la gerencia bajo ningún concepto. Los problemas los resolvería por su cuenta. Le entregaron el manojo de llaves numerado, el listado de las mismas, un libro de instrucciones que contenía las labores a ejecutar,  una serie de claves bancarias para realizar ingresos y unos teléfonos de contacto y de urgencias. Hacer uso de los subrayados en rojo significaría su despido, mientras los marcados en azul permitían una única llamada. El uniforme de trabajo era de color gris. Recibió dos juegos y un chaleco, que era el distintivo de la empresa y que debía colocar en una caja situada a la entrada de la portería los miércoles y los viernes, al terminar su jornada. Al día siguiente lo recogería en perfecto estado. La empresa cuidaba la imagen al máximo.
        Las condiciones del trabajo valían el esfuerzo: un sueldo aceptable para la situación laboral existente; unas tareas llevaderas; un horario de mañanas envidiable, además de sábados y domingos libres; y la estrella del contrato, una vivienda reformada para entrar a vivir una vez superada la prueba. Era el contrato de su vida.

                                                  2

        Los tres primeros días fueron como la seda. Custodiaba y atendía a los vecinos de la finca, mantenía el nivel adecuado de limpieza fregando a diario las escaleras y el patio, repartía la correspondencia. Estaba contento con su labor y terminaba la jornada laboral sin incidencias.
El trato con los vecinos era el normal; algunos saludaban o se presentaban, y otros no le dirigían la palabra. «De todo hay en la viña del señor», pensó, y más en una comunidad de más de sesenta vecinos.
El cuarto día, una anciana comenzó a saltarse la norma. La mujer, de más de ochenta años, aburrida de su soledad, intentaba siempre mantener una breve conversación y lo invitaba a una reconfortante taza de leche y dos piezas de bollería casera. Era imposible decir que no y evitar ayudarla en alguna tarea que le era complicado realizar dada su escasa fortaleza. De paso, la señora le contaba alguna de sus penas.

Era lunes, y todo iba a cambiar. De camino al último piso, para comenzar la limpieza diaria de la escalera, se detuvo en la cuarta planta. La pared estaba dibujada de forma abstracta con rastros de sangre que tuvo que limpiar. Al día siguiente, esputos asquerosos estucaban las paredes del tercero. Fue una semana de intenso trabajo y decidió acudir por las tardes; si debía luchar contra esos elementos extraños, lo haría.
La anciana, en sus charlas diarias, le comunicó que más de un indeseable moraba en el edificio.

A la semana siguiente, uno de los vecinos, que no le había saludado hasta aquel momento, cambió su comportamiento. Mientras intentaba adecentar la pared del quinto piso, afectada por una de aquellas pinturas orgánicas, el inquilino abrió la puerta.
—Buenos días, Marcos — le saludó— Me llamó TJ. Hasta ahora no me había presentado, pero leí el nombre de tu placa el primer día. Lo observo todo.
Marcos, que tenía una estatura media, se giró para saludar, sin dejar de frotar la pared. El tal TJ era un hombre de casi sesenta años, con una altura de casi dos metros y  facciones duras. Su potente voz escupía literalmente las palabras. Marcos pensó que con la saliva que desprendía al hablar podría llenar un cubo al día.
—Sabes, Marcos, te puedo ayudar. Sé quien ensucia las paredes y me puedo encargar de ellos. Tengo sus fotos dentro de la vivienda. Entra y te las muestro.
—Perdone, pero no creo que deba entrar. No necesito ayuda, aunque gracias de todas formas—contestó Marcos, en un intento de zafarse de un individuo tan extraño.
—Tú sabrás—le respondió, apartando el faldón de su camisa para mostrarle un arma que portaba en el cinto—.O estás conmigo o contra mí. —Y dando un portazo desapareció.

El resto del mes y las semanas siguientes, su trabajo se convirtió en un infierno. Las amenazas constantes de TJ le parecían un juego de niños comparadas con las circunstancias diarias. Bolsas de basura esparcidas, pisos vacíos que debía limpiar de ratas, cucarachas y despojos varios, situaciones descabelladas entre los vecinos, escupitajos, chicles taponando la cerradura del patio, mierdas de perro y meadas por suelos y paredes. La comunidad era una autentica locura.
Comenzó a desconfiar y a buscar cámaras ocultas que no encontraba. Sospechaba de los dos carteros, que parecían alternarse, y de los repartidores de publicidad que se colaban sin permiso. Las amenazas se multiplicaban. Estaba demacrado, cansado, tenía alucinaciones y mareos constantes, pero debía seguir. Sabía que se enfrentaba a un juego infernal.

                                                 3


Sentados en su despacho, los dos socios de la empresa repasaban las grabaciones provenientes del la reluciente chapa del chaleco de Marcos:
—Cada candidato reserva se va superando. Llevamos dos años esperando que alguno rebase los dos meses de prueba.
—La inteligencia maquiavélica del individuo supera todas las expectativas.
—La jugada de este Marcos con el secuestro del anterior candidato por parte de los falsos yihadistas; fue magistral.
—Sí, pero el nuevo se ha superado. Utilizar a la anciana y el veneno diario de la leche, ha sido tremendo.
—No cantes victoria, Marcos es duro. Falta un día para los dos meses, aunque ya no puede realizar llamadas.


Sentado en el suelo de su ansiado y desangelado piso, apoyada la espalda en la pared, sin fuerzas para andar, sudando y con escalofríos, esperaba las últimas horas para cumplir con el contrato de prueba.
Teléfono en mano, contaría los minutos y los segundos para realizar la llamada a urgencias.
« ¡Ojalá la ambulancia no encuentre tráfico! ».


José V. Navarro               
Junio 2016

lunes, 1 de agosto de 2016

PRESENTACIONES GOOGLE EN TU BLOG

Por fin he descubierto como realizar las presentaciones de mis fotos a través de Google. De esta forma el blog tendrá un formato más dinámico y atractivo. Y de paso aprovecho para grabar mi primer vídeo tutorial, porque veo que faltan en Internet, je, je.
Resulta muy fácil, tan solo necesitas un pequeño truco al final para cambiar el tamaño de las presentación. Verás que chulo queda el power point virtual, utilizando una de las muchas herramientas de Google.

Primer vídeo tutorial de la Ruta de la Casilla, puedes seguir los pasos redactados siguiendo las imágenes y mi narración. Si no te gusta, mis amigos felinos harán que cambies de opinión.


·       ACCEDER A PRESENTACIONES GOOGLE

Hay dos formas, elije la que más te guste:
UNO
En la página principal de Google tecleas: «Presentaciones google », la primera entrada es buena, clickeas y aparece la pantalla de la página, click en Ve a presentaciones de Google. Te pide tu correo electrónico y ya lo tienes.
Para iniciar una presentación haz click en + (en rojo) (abajo derecha de la pantalla), y ya puedes iniciar tu presentación.
DOS
Ves a aplicaciones de google, (arriba izquierda, si el de los nueve cuadraditos). Desplegas el menú, «¡Uy! ¡No está! » Vale púes le damos a Más. «¡Púes no aparece! », que sí, dale a Aún más Google. Bajas, bajas, hogar  y oficinas presentaciones.
«Et voilá»


·       EL INTERFAZ DEL POWER POINT GOOGLE.

El programa funciona como un power point básico, es fácil y práctico aunque tiene algún fallo. Están las funciones típicas: insertar diapositiva, texto, fotos, etc.…
Cambiar el fondo lo tienes más fácil que en el office, pero lo que no he podido localizar es enviar al fondo o Traer al frente la imagen, pero en fin la borras y pones la otra y luego insertas la siguiente.
Es fácil.
Listo tengo la presentación montada.


·       INSERTAR EN EL BLOG

Compartir: pestaña azul arriba derecha, permite compartir con tus contactos. Pero no es esta.
Abrimos menú ARCHIVO y elegimos PUBLICAR EN WEB. Aparece una pantalla con dos partes ENLACE e INSERTAR.
Con ENLACE podremos compartir por las redes sociales, pero realmente la pestaña que nos interesa es INSERTAR.
1-  Situados en la ventana de INSERTAR dejaremos la pestaña TAMAÑO DE DIAPOSITIVA sin cambiar, (luego lo veremos).
2-  En AVANCE AUTOMÁTICO DE DIAPOSITIVA, dejamos el tiempo predeterminado (3 segundos) o abrimos la pestaña y cambiamos la opción.
3-  Marcamos las dos siguientes casillas iniciar la presentación de diapositivas cuando se cargue el reproductor y Reiniciar presentación después de la última diapositiva.
4-  Copiaremos todo el texto que se muestra dentro de la ventana en lenguaje HTML, (CTL+c o seleccionando botón derecho ratón), y nos vamos a nuestro BLOG. Hay que asegurarse de copiar todo el texto.



·       COPIAR AL BLOG

Con nuestra presentación en versión HTML copiado abrimos nuestro blog, accedemos a NUEVA ENTRADA. Tenemos nuestro blog listo para redactar, pero nos iremos a la lengüeta que pone HTML y allí pegamos nuestro texto. Bingo. Puedes comprobar que la presentación funciona, pero, « ¿Qué pasa? ¡La pantalla es demasiado grande! ¿Qué hago? »

·       CAMBIANDO LAS MEDIDAS DEL HTML DE LA PRESENTACIÓN

Es más sencillo de lo que parece. Entras en HTML y buscas las medidas del blog. Dónde pone HEIGHT= pones la altura que corresponde para que se vea bien, es decir HEIGHT=“400” (sólo tienes que borrar al anterior y poner esta, no borres nada más, sino se fastidia).
Dónde pone WIDTH= pones la anchura, WIDTH=”600”.
Aquí dejo el código entero y subrayo en rojo lo que hay que cambiar:

<iframe src="https://docs.google.com/presentation/d/1mYvt-WBEjO7Hf1ZYxKb82z1eifjd7I9GklDN9qRhX_Q/embed?start=true&loop=true&delayms=3000" frameborder="0" width="960" height="569" allowfullscreen="true" mozallowfullscreen="true" webkitallowfullscreen="true"></iframe>


Y ahora exclama conmigo ¡somos unos genios!

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